El hijo pródigo

10.03.2015 19:48

Dijo también:

Un hombre tenía dos hijos, el más joven de ellos dijo a su padre: "Padre dame la parte de hacienda que me corresponde. Y les repartió los bienes. No muchos días después el hijo más joven, reuniéndolo todo se fue a un país lejano y malgastó allí su fortuna viviendo lujuriasamente. Después de gastar todo, hubo una gran hambre en aquella región y él empezo a pasar necesidad. Fué y se puso a servir a un hombre de aquella región, el cual lo mando a sus tierras a guardar cerdos; le entraban ganas de llenar su estomago con las algarrobas que comían los cerdos. Y nadie se las daba. Recapacitando se dijo: ¡Cuantos jornaleros en casa de mi padre tienen pan abundante mientras yo aquí me muero de hambre!. Me levantaré e iré a mi padre y le diré: Padre. he pecado contra el Cielo y contra tí; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros. Y levantándose se puso en camino hacia la casa de su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vió su padre y se compadeció y corriendo a su encuentro, se echó al cuello y lo cubrió de besos. Comenzó a decirle el hijo: Padre he pecado contra el CIelo y contra tí; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: Pronto sacad el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matarlo, y vamos a celebrarlo con un banquete, porque este hijo mio estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron a celebrarlo.     El hijo mayor estaba en el campo; al volver y acercarse a casa oyó la música y la danza, y, llamando a uno de los criados, le preguntó qué pasaba. Éste le dijo : Ha llegado tu hermano, y tu padre mató al ternero cebado por haberlo recobrado sano. Se indignó y no quería entrar, pero su padre salió a convencerlo. El replicó a su padre: Mira cuántos años que te sirvo sin desobeder una orden tuya y nunca me has dado ni un cabrito para divertirme con mis amigos. Pero en cuanto ha venido ese hijo tuyo, que devoró la fortuna con meretrices has hecho matar para él el ternero cebado. Pero él le respondió: hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo; pero había que celebrarlo y alegrarse porque ese hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. (Lucas cap. 15)